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Las bicicletas, tanto las individuales como las multi tándem o los prácticos bici buses de todos los tamaños, por descontado que también tienen sus propios viales segregados, aunque han de compartirlos con las patinadoras y, eventualmente, con el escaso tránsito de carritos eléctricos que hay. Todas ellas disponen, para su circulación y en función de las velocidades requeridas o permitidas (cero a veinticinco kilómetros por hora las lentas y de quince a cuarenta las veloces), de dos entramados segregados, aunque interconectados, de calles independientes.
Bien, estos son los valores aproximados en kilómetros por hora, la medida que normalmente utilizabais, pero nosotras las velocidades de desplazamiento preferimos expresarlas en metros por segundo porque pensamos que es incomparablemente más descriptivo y permite hacerse una idea mucho mejor de los riesgos que tales velocidades pueden ya implicar.
¿En que se basa tal afirmación? Bueeeno, todo el mundo tiene en mente cuánto es, más o menos, un metro, y conciencia de lo poco que es un segundo, y mientras que cuarenta kilómetros por hora no deja de ser un concepto más o menos abstracto, y hasta puede parecer una velocidad insignificante, recorrer (y es idéntica velocidad) nada menos que once metros en un solo segundo, al poderse fácilmente traducir a lo que ello significaría en un espacio cerrado, no tiene ya nada de despreciable, y transparenta mucho más lo peligrosa que, para la integridad física humana, puede llegar a resultar ya tal velocidad, dado que la violencia de los impactos es la misma independientemente de que tengan lugar en un espacio abierto o en uno cerrado.
Correr, correr, más bien corremos poco, porque sabemos que hacerlo en exceso perjudica seriamente la salud, y si no, que se lo pregunten a cualquiera de nuestras ex-deportistas de élite, y ello pese a que solamente lo hicieron durante un cierto período de su vida. Pero, en todo caso y en la comparativa con la bicicleta, correr representa una peor relación entre el esfuerzo realizado y la distancia recorrida, aparte de que las rodillas no solamente han de soportar las tensiones derivadas de todo el trabajo muscular que hace posible el desplazamiento, sino que también han de cargar, a constantes y repetidos impactos regulares, con el peso general del cuerpo, cosa que no sucede con el biciclo, donde el peso reposa en el pompis, en el sillín y, finalmente, en las ruedas. Es lo que hay.
Pero bueno, os preguntaréis quizá, en una sociedad tecnológicamente tan avanzada, ¿que ha pasado con las controversias y debates en torno al uso, público o privado, del automóvil? Pues sencillamente que, dado que por ciudad no se podría utilizar, pues los atascos que se producirían serían monumentales, y como los costes económicos y medioambientales de construir o mantener las imprescindibles infraestructuras necesarias para permitir su posible uso en desplazamientos medios o largos serían tan absolutamente prohibitivos, el resultado final es para nada echamos de menos el vehículo privado. En todo caso, ya aprendimos hace bastante tiempo a no perseguir sueños materiales imposibles o no compatibles con la equidad y la justa redistribución de los medios y de la riqueza.
Así que esas controversias sobre el posible uso público o privado del automóvil desaparecieron hace ya mucho, y los pocos vestigios de su uso que quedan se reducen prácticamente a esos mencionados carricoches eléctricos, de tan escasa aceptación que el propio parque con el que, al efecto, dota la comunidad a la ciudad (ya extraordinariamente parco de por sí, dos carricoches por cada diez mil habitantes), normalmente no llega a registrar tasas de utilización ni del veinte por ciento, pues prácticamente carecemos de población con problemas de movilidad que eventual y razonablemente pueda necesitarlos.
En cuanto al necesario abastecimiento de bienes, un complejísimo sistema de cintas transportadoras que transcurre por debajo de la ciudad subterránea habitable hace llegar hasta cada mega inmueble los suministros que precisos fueren, y en éstos, mediante ascensores, carretillas y robots móviles, se distribuyen adecuadamente arriba y abajo, lo que en conjunto deja al automóvil en la situación que se ha reseñado de pura marginalidad.
Bien, sigamos. Otro capítulo nada despreciable en la gestión de esta súper macrociudad es el suministro de agua y el tratamiento de residuos en general. Diariamente, y a pesar de los prodigios alcanzados hoy en día en su reutilización, gigantescas tuberías canalizan de ida y vuelta un caudal de agua, digno del mayor río del Planeta, que puede llegar a ser ligeramente superior al kilómetro cúbico al día, pues todo ha de estar dimensionado para cuando nos juntamos aquí prácticamente todas las humanas de la Tierra, aunque la que circula diariamente viene a ser un tercio de esa cantidad, agua que proviene de las sesenta y ocho desalinizadoras MTQ2424 con capacidad individual para suministrar hasta un hectómetro cúbico por hora. Como todo el mundo, visité una de ellas en el período de mi formación escolar, y también como todo el mundo, excepto quienes allí trabajan, no he vuelto jamás a poner los pies en una de ellas.
Un kilómetro cúbico de agua diario puede parecer mucho, de cara a la sostenibilidad, pero este precioso mar interior del planeta tiene millones de ellos, y somos muy escrupulosas en devolverle puntualmente, y de forma lo suficientemente redistribuida para que no le sea perjudicial, los productos que se obtienen como resultado del proceso de desalación, aunque hay quienes opinan que no se deberían devolver las sales excepto quizá la de iodo, porque el nivel de salinidad de estas aguas ya es, de por sí, superior a la media de los océanos.
No tomo partido. En todo caso, la realidad es que se le devuelve al mar prácticamente todo lo que temporalmente se toma prestado de él, incluida, por supuesto, la propia agua, y por si les resulta curioso, les diré que algunos de los subproductos que se obtienen en estas desaladoras son el platino, el oro y la plata en polvo, en cantidades muy pequeñas, por supuesto, pero algo se va sacando, y es lo único, aparte de algún que otro metal más, que no se le devuelve, en el proceso global, a este hermoso e ideal conjunto de aguas interiores que baña nuestras costas.
Y es que no hay como disponer de fuentes de energía prácticamente infinitas. No obstante, ya se han alzado algunas voces que reclaman que se comience a estudiar la posible viabilidad de empezar a enviar fragmentos de asteroides hacia la Tierra, más que nada por si algún día, en el futuro, viniera bien tenerlos más a mano para su utilización como materia convertible en energía. Sin embargo, las expertas lo que dicen es que lo que tiene que hacer la gente es dominar algo más la magnitud de las cifras que se manejan en el proceso de conversión de un solo gramo de materia en energía, y dejarse en paz de chorradas.
Se requieren unas espectaculares cantidades de energía para que una ciudad como ésta funcione, qué duda cabe, pero, por lo demás, tampoco es que seamos especialmente derrochadoras. Todos los muebles, artefactos y robots se fabrican para una duración mínima de cincuenta años, y hasta en el vestido somos bastante espartanas, una vez se vio que no la constante adquisición, sino el intercambio y la reconversión de unas piezas de ropa en otras, y vuelta a empezar, era el camino ideal para que la ciudadanía pudiera satisfacer la, para al menos uno de nuestros sexos, indudable e ineludible necesidad de singularizarse en cuanto a lo del vestir se refiere, pasando así a contemplarse un escenario realmente sostenible aunque todo el género humano se entregara a ese coser y descoser, diseño por aquí, diseño por allá, siempre con la inestimable ayuda de nuestros simpáticos y en todo momento amables sastres-robots.
Y quien habla de la ropa, habla de muchas otras cosas. Nuestras diversas andróminas son muy bonitas, útiles y de gran calidad, y vivimos en un mundo en el que nos hace mucha ilusión espontáneamente regalar a quienes amamos o admiramos nuestras más queridas pertenencias, incluso el móvil, y también nos gusta mucho intercambiar, por lo que el posible hastío que tal vez podrían llegar a producirnos algunas de estas estimadas pertenencias al estirarse años y más años en nuestro poder no llega a suceder porque, mucho antes, ya se lo habremos regalado a alguna otra persona. Fácil y sostenible, ¿no?
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saludos cordiales.
ET & forrest gump.
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ResponEliminaY en este productivo lunes, hace apenas un par de horas ha sido publicado en el CrashOil un nuevo post que, una vez más, da muestra de la amplitud de miras y de segmento social abarcado por aquel blog. Su título, Localizando la producción, globalizando las ideas, y su autor, un histórico comentarista de aquel blog, de nickname CGA. Vale la pena, hay una excelente recopilación de herramientas disponibles en realidad a bastante bajo precio relativo.
Por otra parte, informaros que mis compañeros en huelga de hambre de la empresa telefonica de la gigante movistar entran ya en su segunda y mucho más dura semana. La televisión local (en catalán, claro) recogió así el importante acto de apoyo que tuvo lugar ayer en el districte de Nou Barris, y la información más detallada, como siempre, la hallaréis en su blog oficial,
http://huelgadehambreentelefonica.blogspot.com.es/
Por mi parte, y en la medida que pueda, iré intentando recoger o ampliar determinados aspectos de esa misma e importante, impactante movilización.
saludos cordiales.
forret gump.
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ResponElimina¡Hola!
OFF-TOPIC, pero importante: programa de actos de la visita de Félix Rodrigo Mora en Barcelona a partir de este mismo jueves, justo después de la jornada de huelga general.
Amigas y amigos
Estaré en Cataluña entre los días 15 y 19 de noviembre. Los actos públicos en los que está previsto que participe son:
. Fiesta de Despedida de los Congresos de Ciencia y Espíritu, día 15, a las 20.45 horas.
Título: “Lo que se ha ocultado de nuestra Edad Media”
Lugar: Escuela de Salud del Mar, General Weyler 126, Badalona
. CooperaSec, día 17, de 10 a 14 horas.
Título, “El comunal i el consell obert a la Península Ibèrica, aprenent del passat per construir el futur”, en Sala d’Actes del Centre Cívic El Sortidor, Plaça El Sortidor.
. Can Piella, día 17, a las 18,30 horas
Título: “Dominar o associar-se? Competir o compartir? La societat de l’adoctrinament i la necessitat d’una Revolució Integral”
. Esglesia de Santa Maria de LLuçà, día 18, 10,30 horas.
Título: Presentación de mi libro “Tiempo, historia y sublimidad en el románico rural”.
Para los detalles ruego se busque la información proporcionada por los grupos y colectivos organizadores.
Félix
http://felixrodrigomora.net/
http://esfuerzoyservicio.blogspot.com/
saludos cordiales.
ET almado.
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