dilluns, 25 de març del 2013

Año 28.251: Ciertos detalles sobre cómo somos y cómo nos ven desde el Cosmos

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Queridos lectores o lectoras (que alguno o alguna hay :-D): 

Desearía haber proseguido hoy esas publicaciones (de momento tan solo iniciadas en el post "Nuestro voto para quien responda estas preguntas") de colaboraciones ajenas (que espero no estén sometidas a derechos de copia :-D) con las que puedo estar en pleno acuerdo o desacuerdo, pero que suponen enfoques actualmente vigentes sobre cuestiones para nada carentes de importancia e interés. 

Sin embargo, mi rumbo mágico me ha señalado que debo proseguir publicando más fragmentos de ese texto del futuro, y que esas otras publicaciones, por ahora, se irán quedando para períodos, cortos o largos, de más paz, normalidad y tranquilidad. 

Por lo tanto, ahí va esto. Y recuerden, el genérico del lenguaje, en ese mundo futuro, sería el femenino, lo más próximo a la @ que utilizan en su lenguaje cotidiano :-) 
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Las paleocriptógrafas, en primer lugar, y la humanidad entera después, hemos buscado sin éxito una obra titulada "Concepto Rosacruz del Cosmos", porque parece ser que anticipaba, y hasta ampliaba, muchas cosas que nos están siendo ahora dadas a conocer. 

Pero no hemos podido encontrar ejemplar alguno, y sólo sabemos sobre él tanto que hablaba de todos estos temas como que fue injustamente rechazado por la intelectualidad de vuestra época porque, por una desgraciada falta de actualización, en tal libro no se sustituyó la palabra "raza" por la de "etnia" o "cultura", pese a que el por otras razones tan denostado término era utilizado claramente en esta segunda acepción políticamente no tan incorrecta. 

Las intergalácticas nos dicen que hemos de tener paciencia, y que el progreso en el conocimiento del Parauniverso es normal que nos resulte un esfuerzo especialmente penoso en general, dado que aún carecemos, despiertas, del control de parasentidos que son esenciales si se quiere saber de verdad de qué va tal Parauniverso, y que los hemos aún de desarrollar como especie. 

Y tal desarrollo como especie, a escala de la duración de una vida humana, es un proceso en la práctica realmente muy, muy lento, porque nos dicen, sin querer ofendernos para nada sino tan solo ilustrarnos, que en esas otras dimensiones venimos a ser algo así como lo que en nuestro mundo físico pueda ser un organismo que solamente tuviera o tenga el sentido del tacto. 

Así que, dadas tales limitaciones, nos seguimos dedicando a follar y tal como locas, a fin de acumular la mayor cantidad de "conocimiento", y menor de "cocimiento" posible. Pero, en lugar de acudir a procesos científicos para alargar más y más la vida, como estamos convencidas de que vivir sin orgasmar masivamente no merece gran cosa la pena, y también de que nos reencarnaremos en nuevos seres humanos si así lo queremos y no optamos aún por progresar a un estadio superior tanto de conciencia como de existencia, cada sesenta y cinco años, más o menos, decidimos cambiar de hardware.

Es lo que hay, así que ¿para qué prolongar tontamente la más que previsible decrepitud? Y no es solamente ya la cuestión del hardware, sino que, además, también están los problemas de la saturación informativa, porque el disco duro de nuestro cerebro tiene una capacidad enorme, pero limitada, y cada vez el razonar y los pensamientos discurren más lentos, por haber mucha más información a consultar o contrastar, y mucho menos espacio libre, y menos accesible, en el que ir "guardando" o "salvando" las nuevas conclusiones o elaboraciones alcanzadas. 

Y es que eso de que el saber no ocupa lugar, aparte de ser una bonita frase, solamente podía pasar por cierto cuando la gente, por promedio, no vivía ni la mitad de esos sesenta y cinco años, y la actividad intelectual de las rutinarias y duras vidas de las humanas de aquel entonces aportaba cotidianamente más bien pocos alicientes o datos realmente nuevos como para que estas enteramente respetables personas pudieran llegar jamás a la sobreocupación total de sus recursos mentales de memoria. 

Pero, para qué nos vamos a engañar, es dífícil saber qué pesa más en este desinterés por prolongar más y más nuestras vidas, porque lo del declinar físico también tiene su tela. Así, y aunque está demostrado que, si son moderadas, unas ciertas dosis de vigorexia, prolongadas a lo largo de toda nuestra vida adulta, en conjunto resultan globalmente mucho más beneficiosas que perjudiciales, mantenernos jóvenes y fuertes implica por otra parte, y de un modo ciertamente un tanto paradójico, hacer un mayor desgaste de nuestras infraestructuras corpóreas. 

Es así, y si bien tanto nuestro sostenido esfuerzo físico como los avances bionanotecnológicos permiten que, a todos los efectos, podamos vivir tan dinámicamente la adultez como si fuéramos plenamente jóvenes o aun incluso niñas, ello, a partir de cierta edad, pasa a ser de todo punto imposible, la maquinaria está gastada por su superior uso, la cuerda genética agotada, y lo único que quedaría por vivir sería la decrepitud con poca o inexistente actividad sexual y demás.

Y por más que nos produzca una benéfica sensación el saber que la gente es hoy en día tan sumamente feliz, y que en nuestro seno albergamos y cultivamos a esta adorable infancia tan sumamente bientratada que a todas nos ilumina constantemente con su luz y su tan incomparable como inagotable amor, todas tenemos también nuestra vertiente narcisista y egoísta, si no no seríamos humanas, sino algo superior, y sin disfrutar de un buen y generoso caudal de surtidos y excelentes orgasmos está claro que en la Tierra no hay ni Paraíso ni mínima aproximación al mismo. 

Ellas, desde luego, aprueban calurosamente lo de que nos muramos a la edad que lo hacemos, porque afirman que, a partir de más o menos esa edad, los humanos nos convertiríamos en fuentes muy pobres de emisión de paraenergía, y si biotecnológicamente nos diera por vivir mucho más (cosa que está a nuestro alcance, pues ahí están aquéllos que por razones sociales hacemos y procuramos que vivan más), la situación se agravaría bastante, ya que entonces no solamente habría una proporción notable de población pobre en esas emisiones, sino que, claro, se habría de reducir drásticamente el número de bebés, dado el insoslayable límite poblacional; y, como todo el mundo sabe, la mayor potencia de emisiones de energía positiva la efectúan derrochadoramente a su alrededor tales encantadoras criaturas. 

Nos aclaran, además, que ya no debemos temer a la inutilidad psíquica del suicidio como medio para poner fin a la Vida antes de hora, al haberse pasado a considerarse, intergalácticamente, que la forma propia y natural de morirse en nuestra especie y en nuestro estadio actual de progreso racional ---[ y que, en la actualidad, prácticamente todas seguimos o seguiremos, basada en ser técnicamente asistidas durante todo ese trayecto de dos años que recorremos cuando decidimos quitarnos de en medio ]---, es precisamente el suicidio, siendo las demás formas de deceso desgraciados accidentes o alguna otra eventual fatalidad. 

Tranquilas, no se trata de dos años atadas a tubos o cosas raras, para nada. Por el contrario, se conservan de todo punto las facultades tanto físicas como mentales o emocionales en los niveles propios de esas edades, y se trata sobre todo de un proceso o itinerario básicamente mental. 

Bien, volvamos al "núcleo", y al respecto entiendo que lo hasta ahora aquí y allí comentado no son sino manifestaciones o efectos más o menos sorprendentes de la energía, que debería de llevar mayúscula, pero me temo que si así lo hiciera muchas de vosotras pensaríais que os estoy intentando vender una nueva versión de la vieja moto sobre un dios super manipulador que constantemente está encima de las humanas, y no es esa, para nada, mi intención, porque pienso, como casi todas, que solamente un dios bastante idiota se podría preocupar, aunque seguro que pudiera hacerlo, de dedicarse a guiar nuestras insignificantes vidas de bacterias sin ningún interés especial y perdidas en el tal vez infinito marasmo cósmico sideral. 

O sea, nada en común con la realidad, en la que las, aparte de nosotras mismas, las únicas extraterrestres que de verdad se preocupan y se han preocupado de vez en cuando algo por nuestras humildes personas han sido nuestras diseñadoras, y ellas no son, ni tal pretenden ser, más ni menos dios que lo que pueda serlo cualquiera de nosotras. 

Por lo demás, estamos convencidas de que, en el terreno de las interferencias "divinas" o de similar tipo, no existen de por sí nada más que las accidentales o inevitables, ni hay determinismo alguno ni nada de nada de esas paparruchas aún tan persistentes en vuestra nefanda época, donde al padecerse aquella ominosa opresión, se intentaba constantemente venderos como normal lo que para nada lo era, ni resistía un elemental análisis mínimamente objetivo y racional. 

Y es que el hecho de que Dios, la Energía, el Universo o Quien Sea pueda hacer una cosa no significa para nada que realmente la haga. ¡Qué cortedad de miras, y qué forma tan ridícula, raquítica y estúpida de abordar lo que supone el sublime y hermoso, grandioso concepto del "Pensamiento de Dios" (o "Pensamiento de la Energía", si así os gusta más)! Porque una ofensa, y no otra cosa podía ser, el pensar que tal Ente se dedicaría obsesiva, constante y permanentemente a la tarea de vigilarnos estrechamente con especiales atención, cuidado y mano dura, como si a nivel cósmico fuéramos realmente algo mínimamente relevante, siempre la soberbia del antropocentrismo presidiéndolo todo, ¡por favor...!  Vaya birria de dios, ¿no?, si su mejor obra fuimos los seres humanos, es como para petarse de risa. 

Ahora bien, una vez aclarados según qué extremos, que quede claro que si que hay (¡madre del alma, qué súper horrorosa sucesión de "ques", debo de haber batido mi propia y ya de por sí bastante penosa marca!), que hay y existe una supervisión generalizada y totalmente detallada, aunque en momento alguno intrusiva, de todo lo que acaece en el Universo, llevada a cabo al parecer por las propias estrellas que, como podéis comprender, es obvio que son inimaginablemente superiores a nosotras en capacidades y absolutamente en todo, y lo que para nosotras o incluso para nuestras intergalácticas sería una tarea inabordable, gente como Bellatrix, Vega o Arcturus, o nuestro mucho más cercano Helios, la llevan a cabo, como aquélla o aquél que dice, sin ni siquiera enterarse, como si a todos los efectos fuera tal tarea una de sus tantas subrutinas más elementales. 

Pero las finalidades de tal supervisión son meramente informativas o documentalistas, careciendo, insisto, de vocación intervencionista alguna, y si pensamos a fondo sobre ello habríamos de llegar a la conclusión de que, en todo caso, esa supervisión (por lo que tiene de positivo el que alguien, aunque sea tan lejano, pueda interesarse por si las cosas le van a una bien y tal), más bien implicaría vertientes benéficas que no de otro tipo. 

De ordinario, es la estrella más cercana a los escenarios la que se encarga del tema, por lo que en nuestro caso estaríamos hablando de Helios, nuestro Sol. Pero también otras estrellas relativamente cercanas, e igualmente las especialmente grandes y poderosas, pueden tomar parte en la tarea, y a veces incluso llegan a intentar ponerse en comunicación directa con nosotras. 

Lo más habitual, naturalmente, es que seamos nosotras quienes les hagamos petición previa de comunicación. Pero sin embargo, ¿quién no se ha visto alguna vez sorprendido por el sugerente titilar de Sirio, cuando se halla cerca de su orto o de su ocaso y por ello su luz ha de atravesar mucha más masa atmosférica, enviándonos obvios mensajes en secuencias de rapidísimos destellos de variados colores pese a que supuestamente ella es tan sólo blanco azulada? 

Sí, normal o conscientemente, hemos sido siempre incapaces de descifrar tales mensajes, pero bien nos consta que sí que han tenido lugar. Y quien habla de Sirio habla de muchas otras estrellas "parlantes", Rigel, Procyón, el mismo y siempre comunicativo Arcturus, Vega, Altair...

Sirio, una estrella a la vez algo grande y cercana y, por lo que ahora ya sabemos de fijo (gracias siempre a la misma preciosa fuente extraterrestre), responsable general y máxima de esta pequeña comarca estelar, aunque en momento alguno nos hemos de olvidar que quien principalmente nos atiende a nosotras es, por supuesto, nuestro Sol, con lo que lo mejor y más correcto es que lo saludemos cada día cuando se deja ver, porque si no se entristece, aunque no por ello nos deja de querer. 

Comprendo perfectamente que, a muchas de vosotras, todo lo que pueda hacer referencia a Dios, con mayúscula, os dé directamente urticaria, visto lo que al respecto hubisteis de aguantar en vuestros tiempos. Pero, honrada y sinceramente, pienso que el tratamiento y las explicaciones que aquí se han dado respecto a cualquier posible Ser Supremo no tienen nada que ver con todas esas abominaciones impropias de poder ser albergadas en cualquier mente mínimamente racional. 

En todo caso, y al margen del mayor o menor intrínseco interés que puedan tener tal tipo de especulaciones o certezas, lo fundamental, para cualquier ser humano, es su crecimiento, personal y como especie
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Y del crecimiento como personas y como especie, bajo esa concepción llevada a la práctica en un futuro que no sé por qué parece tan cercano y lejano al mismo tiempo, debería ir, en principio, un muy próximo post, tal vez el siguiente mismo. 

Pero ello, definitivamente, y aun "censurando" parte de lo que en tal texto aparece, comportará de todas maneras el cierre definitivo de este blog, pues visto está que los y las castradoras de niños y menores en general hace décadas que van ganando la partida, creando los correspondientes e impepinables monstruos asociales, de ahí la inevitabilidad del desastre que afrontáis (afrontáis, sí, yo, de aquí a nada me muero, o me mato, antes que seguir compartiendo el mismo Planeta con determinados fascistas nigromantes disfrazados de progres
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saludos cordiales :-) 
ET & forrest gump. 
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poetry.mirtesen.ru


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