dijous, 31 de gener del 2013

Drogas de un lejano futuro

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http://cucoalmeria.net/2012/05/sinestesia-cuando-oyes-colores-y-ves-sonidos
 

Queridos lectores y lectoras (que, aunque escasas y escasos, existir existís :-D , o incluso :-P)

Bueno, pues tras las rompedoras tesis defendidas... digo, tras la exposición de tan romperdoras novedades como nos deparará ese lejano futuro a unos ventiséis mil quinientos años vista, que menos que acabar de liar lo troca metiéndonos de lleno (antes de una muy lógica republicación de algo aparecido, en primera instancia, en nuestro blog de la Crisis) con lo que faltaba, el mundo de las drogas en ese lejano futuro. 

Y ya os prometo una cosa tras su lectura: una profunda decepción, ya veréis el por qué.  


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Como se comentó, la mayoría de edad, a todos los efectos salvo para el libre consumo de drogas, de las que enseguida se pasará a comentar algo, se alcanza cuando, a partir de cumplir el o la sujeto los dieciséis años, su Escuela Secundaria Normal decide que ha alcanzado la suficiente madurez y conocimiento para haberse hecho acreedora o acreedor a ser reconocido por el mundo mundial como una nueva o un nuevo adulto más. 

Sistemáticamente, se libra el oportuno certificado en los cuatro o cinco días siguientes al de ese cumpleaños, salvo en los casos, que se dan, en que las propias interesadas demandan una demora por un período nunca superior a los tres años, siendo tal prórroga únicamente indefinida de verdad cuando se trata de personas, aún hoy existen, nacidas con determinadas deficiencias lo suficientemente graves como para que, racionalmente, se las pueda llegar a declarar jamás, bajo circunstancia alguna, mayores de edad.

Venga, toca hablar ya de drogas y de su correcto uso :-) , y empecemos, cómo no, por el en otras épocas tan denostado tabaco del que, aunque producido exclusivamente mediante cultivos hidropónicos llevados a cabo en cuevas artificiales y bajo luz también artificial, hoy en día seguimos consumiendo ingentes cantidades. 

Pero, salvo el o la pirada de turno, nadie lo fuma ya, porque nos administramos la nicotina preferentemente mediante la aplicación de pinceladas absorbibles por la piel en una zona muy determinada del brazo izquierdo, en la parte interna opuesta al codo, para que todo el mundo sepa donde, quizá, no conviene lamer o chupar mucho. 

También, claro está, se pueden administrar las dosis mediante comprimidos tragables, lo cual es una suerte en casos como el mío, porque no me dejan "pincelarme" durante mi jornada laboral, por tal de que mis niños no puedan caer en la tentación de probar lo que no deben y saben que no deben, porque ellos aún no la necesitan ya que, de natural, su cerebro aún va de por sí todo lo suficientemente revolucionado que es de desear. 

El "humito" es el nombre genérico de las drogas psicodélicas y de creación artística que aportan, al mismo tiempo, claridad, incremento de la capacidad contemplativa y transcendencia mental, y debe su denominación, entre otras razones sobre las que no me extenderé, al hecho de que las más antiguas miembros de la congregación, la marihuana y tal, eran y han sido consumidos hasta hace nada preferentemente fumados, como el tabaco, y a menudo con el tabaco. 

Hoy en día la maría todo el mundo la consume mediante prácticos inhaladores, o la engulle en sabrosos pastelitos o cualquier otra especialidad culinaria, siendo el tetrahidruro de cannabitol, prácticamente en todos los casos, la primera droga como tal que consume con cierta regularidad el individuo en su vida, porque aunque todas hemos bebido con seguridad y anterioridad alguna vez algo de vino dulce en el transcurso de nuestra infancia, lo que se buscaba con ello no era la droga, sino el placer del paladar. 

Tanto la cocaína como la cafeína (tras el tabaco y el "humito" las dos drogas siguientes en el ránquing de usuari@s), se consumen exclusivamente en forma de infusiones hidroliposolubles, pues hace mucho que hallamos la solución a sobre cómo mezclar, pero de verdad, grasas y agua. Y en general, tanto da consumir una cosa como la otra, porque aunque en detalle los mecanismos de cómo causan sus efectos sobre el organismo son obviamente bastante diferentes, su efecto global, en la práctica y para las personas, y para lo que buscan, es el mismo, incremento de la capacidad y velocidad en el desarrollo de las tareas, y elevación del pulso y de la presión sanguínea. 

Tan generalizados son el uso de la nicotina y del "humito" como escaso es el consumo del alcohol por el alcohol, porque aquí nadie necesita deshinibirse de nada y, en todos los demás aspectos, está comprobado que el alcohol no tiene nada más que efectos físicos y mentales perjudiciales para el individuo. No obstante, otra cosa es que te pongan una copita de buen vino o un fresco vaso de cerveza delante, brebajes que, además, mediante otras sustancias que incorporan en su composición, suelen tener o tienen efectos saludables sobre el organismo en general. 

Por tanto y en global, lo del alcohol no deja de ser en principio una cuestión de tipo más bien colateral. Intoxica, vale, pero un moderado envenenamiento puede entrar dentro de lo razonablemente admisible si con su consumo se sacan otros placeres u otros beneficios a bebidas que, aparte de todo, estar están buenas. Y al fin y al cabo, en mayor o menor medida todas las drogas, salvo el LSD, intoxicar algo intoxican, aunque claro, con el alcohol siempre estamos hablando de gramos y más gramos procesados, por lo que sí que algo se ha de vigilar. 

Por lo que respecta al consumo de drogas como tales, éxtasis y LSD cierran la relación de las de uso general planetario, independientemente de que aquí o allá se consuma peyote u hongos alucinógenos, porque, teniendo el LSD, ¿para qué se puede necesitar droga alguna más, en este terreno en concreto? ¿por temor, comprensible, a sobredosificarse? Bueno, pues para algo menos impactante ya está la maría, no se necesita más, y no hay más drogas de uso general planetario, aunque claro que abundan específicos consumos locales que, si se tiene mentalidad viajera, está muy bien conocer y compartir. 

En cuanto a la heroína y toda esa línea de productos, poco hay hoy en día que hablar, por ser en nuestros tiempos una droga de uso exclusivamente hospitalario. Un poco más adelante se detallará cómo se ha alcanzado este milagro. 

O sea, que nuestro en tantos otros aspectos súper avanzado mundo no ha incorporado sin embargo, para fines lúdicos o transcendentes, el consumo de drogas realmente nuevas, siendo las que se usan un punto de coincidencia entre nuestras dos civilizaciones, aunque nadie hoy en día fume o esnife nada, salvo las reseñadas piradas de turno y de siempre. 

El suministro de tan preciados productos es competencia exclusiva de la Administración Redistribuidora, y aunque la media del consumo per cápita de todas ellas es sin duda superior al de vuestros tiempos, ello se debe únicamente a que ahora todo el mundo adulto utiliza todas, y si hay mayor porcentaje de población consumidora es normal que tal medía estadística de consumo per cápita crezca pese a que las dosis individuales que de hecho nos administramos son bastante inferiores a los que eran corrientes entre vuestras consumidoras efectivas. 

Aunque su actitud general ante el mundo no pueda ser otra que la de desafío total, en el fondo, y seguramente porque aquí todo el mundo es inmensamente feliz, nuestra progenie es extraordinariamente obediente ante los temas realmente importantes, y acata sin inmutarse lo de no tomar iniciativas personales de consumo de drogas hasta cumplir los diecinueve años. 

Un hermoso cuento, en el que sin caer en excesivas cursilerías (aunque la historia en sí lo es, y bastante) se compara el proceso de crecimiento y maduración físicas y mentales de las personas con el cocinado de unos apetecibles bollitos, parece ser que está detrás de la clave de esta sorprendente obediencia, porque a ninguna molesta la sencillez infantil de tal narración, como a nadie molestaba la de vuestro Petit Prínce, y todas captan de inmediato la similitud de que si metes la mano en el horno antes de tiempo no solamente el bollito quedará defectuoso porque no se cocinará adecuada y suficientemente, sino que encima te quemarás. Bollitos, ¿qué otra cosa se iba a cocinar, hablando de gente aún tan joven? 

Claro que a tan satisfactoria sumisión ayudan bastante las pinceladas que el o la cocinera, de vez en cuando, le da a los productos en proceso de elaboración, efectuadas en rápidas y controladas secuencias de apertura y cierre del horno, lo que traducido para el caso quiere decir que existe todo un camino programado de introducción en el conocimiento de las diversas drogas, incluida la heroína, para las jóvenes en edades comprendidas entre los 15 y los 19 años. 

Estos programas son sencillos, e incluyen un primer consumo en grupo, el reparto de dos unidosis para que a su libre criterio la prueben, una vez en solitario y otra con quienes ellas quieran, y un último consumo programado en grupo, excepto en el caso de la heroína, en el que el proceso tan solo incluye una única unidosis para consumo en angustiosa soledad en dependencias al efecto, dependencias de tan marcado y deprimente aspecto hospitalario que programamos perfectamente a nuestras jóvenes, haciéndoles automáticamente asociar en su aún maleable mente tal consumo con la enfermedad o la vejez, y nunca más, hasta su posible senilidad, se plantean para nada consumir una droga de tales características. 

Todas sabemos que se trata de una burda farsa manipulatoria, y tampoco se oculta tal extremo a las educandas, porque se ha comprobado que son más dóciles si no se les esconde el hecho de tal manipulación, y normalmente incluso suelen aportar su propio esfuerzo personal a dejarse programar a tope sobre este tema en concreto. ¿Es, o no, como para no sentirse orgullosas como especie? Así que, con tal bagaje, es normal que hayamos logrado que sea la droga más impopular entre la juventud, y hace decenios que no se ha detectado caso alguno de consumo no programado en tal segmento de edad, de lo cual nos sentimos plenamente orgullosas. 

Excepto para la heroína, que incluye esa única y deprimente experiencia, para las demás drogas se prevén tres ciclos completos de los descritos (en grupo, unidosis, en grupo) que el o la alumna puede programar a su antojo durante ese período de edad, si bien el sendero educativo prevé que, para cada droga, entre tales ciclos han de transcurrir al menos cinco meses. En cuanto a la simultaneidad en el consumo de los diferentes productos, hay un ciclo dedicado específicamente a ello una vez han probado o experimentado por separado con cada una de las sustancias, y otro ciclo justo como final de su proceso de formación sobre el tema. 

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O sea, que tanta tecnología superavanzada... para llegar a la conclusión de que, salvo contadísimas excepciones, en lo que se refiere a usos lúdicos de las drogas, nada hay como las de origen natural. 
un saludo cordial. 
ET & forrest gump. 
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1 comentari:

  1. Quien desee documentarse más a fondo sobre el tema, existe la monumental obra "Historia General de las Drogas" de Antonio Escohotado, una persona, gran pensador y ensayista, perseguida en la Argentina "democrática" por el simple hecho de divulgar sus conocimientos sobre las diversas sustancias dopantes que, desde siempre, han sido utilizadas por la Humanidad.

    un saludo :)

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